sábado, 29 de noviembre de 2014

Volver al ayer.






Volver a suspender el tiempo en el aire como en las eternas noches de verano donde nos encontrábamos entre partidas de pin pon, besos a altas horas de la madrugada y cantidades ingentes de alcohol que se suponía que nos ayudaba en nuestras horas bajas. Volver al principio de un final que nunca llego. Empezar a contar las estrellas del cielo despejado en el que mañana nos cobijaremos. Porque el tiempo pasa muy deprisa y ya ha pasado un año desde nuestra última travesura en el jardín trasero.


Nos vemos en veintidós días.

Lorena Burcat.

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