Ojala me atreviera a emprender un
nuevo vuelo. Sin miedo al no saber dónde vamos a aterrizar.
Nos pasamos la vida en
estaciones, paradas y aeropuertos. Yendo de un lado al otro. E intentando en el
transcurso de lo posible entender cuál será el nuevo paso. Que designio
tendremos para mañana. Cuál sería la
respuesta adecuada para cada una de tus sonrisas.
Pero no queramos saber todo. Mantener un orden
y un control hace que no nos podamos aventurar a sentir sin rechazar.
En solo cuatro segundos la eternidad puede
despertar. Esperar. Encontrar. A veces cuando menos buscamos es el momento
exacto en el que las musas hacen su aparición estelar. Por eso me niego a
seguir buscándote entre los gatos callejeros. Porque cuando menos lo espere
aparecerás en el reflejo de los escaparates. Haciendo que mi despertar sea
amargo. Mis anocheceres irreemplazables. Y el vacío se convierta en mi nuevo
acompañante.
Lorena Burcat.
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