Ilustraciones y fotografía: Irene Iglesias
La inspiración llega como las grandes historias de amor. De repente, sin avisar, sin preguntar. O lo acoges o lo pierdes. No hay segundas opciones. No hay plan B. No hay tiempo para mirar atrás y sopesar.
Escribe, pinta, canta, baila. Siente. Sonríe o llora. Pero, por favor, no te quedes inmóvil. Las oportunidades de impactar aparecen cada instante. Cada nota desafinada o cada mirada compartida puede resultar la siguiente obra de arte que conmueva a la humanidad.
Y eso me lo enseñaste tú. En silencio, despacio. Sin pretenderlo. Sintiendo cada palabra, cada espacio, cada duda.
Me enseñas que la pasión, la
perseverancia y el amor por el trabajo son las herramientas para la búsqueda de
lo improbable. Querer es poder. Amar es emocionar. Y vivir es expresar.
Ilusionarse cada mañana como una niña con zapatos nuevos de claque. Haciendo
repicar por las esquinas desoladas melodías del alma que resuciten las voces
calladas.
Y sin querer nos volvemos a ver.
A distancia. Y sigues igual. Quizás con alguna herida de guerra más. Pero las
cicatrices alimentan al alma. Y tu arte alimenta el mundo. Enseñas a ver a los
ciegos atreves del corazón y aprendes con los sordos a escuchar la melodía del
tacto.
Porque eres una artista,
y de las grandes. Porque un artista es aquel que da su amor al mundo envuelto
en su magia personal.
Gracias por inspirarme.
Lorena Burcat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario