Somos de teorías imposible. De
salidas impredecibles. De planes absurdamente descabellados. Y sobre todo de
resultados improbables.
Somos de las que vamos a cazar y
acabamos cazadas por el amigo de nuestra presa.
Somos de las que iríamos a
conquistar el mundo con nuestro superplan y acabaríamos perdiéndonos en la
segunda salida de la rotonda a la derecha. Y eso que de orientación vamos muy bien servidas
Somos de armar estrategias dignas
de ganar la segunda guerra mundial y evaporarnos ante el primer oponente
atractivo.
Somos de las que nuestra locura
nos abandera.
Somos de las que preferimos a los personajes que nuestra imaginación crea que a los hombres con los que frecuentamos en la realidad.
Somos de las que preferimos a los personajes que nuestra imaginación crea que a los hombres con los que frecuentamos en la realidad.
Somos de las que nos enamoramos
de desconocidos bordes en estaciones poco románticas y recordamos su fecha de desaparición
como si fuera nuestro aniversario.
Somos de las que usamos la “infalible”
táctica de mirar fijamente desde el fondo del local a nuestro objetivo como
estrategia para ligar.
Somos tan bobas e ingenuas que
creemos que los tíos son un amor y son monísimos y acaban por decepcionarnos.
Sin duda la malicia brilla por su ausencia en nuestro ADN.
Somos de las que por mucho que
renegamos acabaremos con el tío que menos encaje en nuestra lista de ideales.
Somos un tanto extrañas,
aparentemente, pero todo forma parte de un plan bien armado para jamás
abandonar nuestro amado club de unicornios.
Pero sobretodo somos de las que
un día todas nuestras exageradas y descabelladas ideas acabarán volviéndose realidad
y entonces no sabremos ni cómo reaccionar. Porque dista mucho imaginar que
vivir la realidad. Pero estoy convencida que cuando ese momento llegue la
realidad superara, sin duda, la ficción.
Lorena Burcat.
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