Supongo que escriba lo que
escriba no harán justicia a tantos momentos y recuerdos. A tantas experiencias
y aventuras que he vivido junto a ti y que en mayor o menor medida me han hecho
seguir creciendo.
Ya puedes aprovechar estas
palabras porque no creo que vuelva a reconocer por escrito cuanto te quiero.
Hace muchos años apareciste en mi vida dispuesto a hacerme cuestionar más de
una afirmación existencial y aun ha día de hoy sigues molestando que da gusto.
Eres un hombre, aunque tengas la
suerte de que te trate como si fueras una mujer, excepcionalmente divertido. Un
tío que sabe lo que quiere y no tiene miedo de ir a por ello. Es imposible que
la monotonía este ligada a tu nombre y que el silencio incomodo impregne tu
historia.
Se, me consta, que a veces
pierdes la paciencia con mi escepticismo ante los hombres. Puedes llegar a desesperarte
con mis afirmaciones rotundas, pero en el fondo nos entendemos y es realmente
entretenido intentar hacernos perder los papeles mutuamente.
Disfruta de esta aventura. Ríete
como si no hubiera mañana. Recuerda que más vale pedir perdón que permiso. Y
sobre todo ama con una intensidad desbordante. Hasta que duela, hasta que
sangre. Porque al final del camino lo único que nos quedara serán los recuerdos
que hemos ido construyendo a base de amar a la vida.
Felices dos patitos.
Mariloren.
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