El sol empieza a hacer su aparición
mientras la luna despide su función nocturna hasta el próximo atardecer cuando vuelva a saludarnos dándonos la
bienvenida a nuestro tiempo de mentiras y falsas expectativas.
Somos de los que recreamos farsas
absurdas. Corremos inconscientes mientras desnudamos sin pensar en el mañana
nuestras almas carentes de virtudes. Olvidamos los pasos despreocupados que
hemos dado trazando un camino de manipulaciones virtuales hasta acabar arrodillándonos
ante el altar de figuras ilustres. Despreocupados reanudamos escenas de amor
carnal implícito ocultando nuestras creencias por miedo al que al hablarnos mirándonos
a los ojos pueda revelar algún sentimiento que pretendemos acabar anulando por
no parecer que somos cuerpos frágiles que se mueven por impulsos eléctricos.
Los días en los que parecíamos perros
buscando cobijo entre brazos inertes van llegando a su fin. Y no sé si eso me
gusta. Realmente me asusta que cada vez se acerque más el momento donde
colocarnos ante el gran espejo y ver reflejados nuestros días de vino, rosas y
espinas. Valorar nuestros actos. Juzgar nuestras elecciones tal y como un día
nosotros decidimos juzgar a los otros mediante primeras impresiones.
Tenemos sobrevalorado el tiempo
que destinamos a permanecer juntos, que no unidos. Sé que es mi fallo permanecer
junto a ti sin querer reconocer que más pronto que tarde desaparecerás y volveré
a quedarme sin nada, como casi siempre. Porque siempre olvido que las dudas que
tengo contigo no son infundadas por no querer dormir con la felicidad. Debería
empezar a reconocer que no habrá un mañana juntos. Porque necesito seguir
avanzando y tú te prometiste que serias por siempre Peter pan.
Lorena Burcat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario