Hay días que necesito caminar
descalza por el filo del acantilado. Mirar hacia el infinito y que el vértigo se
apodere de mis sentidos. Despeinarme. Sentir el viento helado refrescarme las
ideas. Perderme en el horizonte.
Supongo que eres la única referencia
que tengo a la que me puedo aferrar para resolver mis dudas. Mis huecos en
blanco. Te has convertido en mi examen de verdadero o falso. Aprender o recaer.
Una única opción de vivir aquello que hace tanto que deseo. Una única oportunidad
que acaba de fraguar una brecha irreparable. Una fractura en la lista de deseo irreemplazable.
Cuando sientes que tocas fondo
crees que es el final. Que después de ti ya no hay nada más. Pero en la vida
cuando te hundes pasa como cuando te lanzas a la piscina. Al principio te
angustias por no saber cómo volver a la superficie. Caes y caes. Te dejas
llevar hasta que tocas fondo. Y cuando crees que no puedes más, que no habrá
otro igual, en ese preciso instante te das cuenta que lo único posible a partir
de ahora es propulsarnos hasta resurgir.
Lorena Burcat.
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