Hoy seré breve. Porque la ocasión
bien lo merece.
Gracias por cada indicación errónea,
por cada contradicción que reflejaba tu rostro. Gracias por cada duda nueva que
me surgía al intentar leer la verdad de tus ojos. Gracias por lo que dejamos atrás.
Por lo que nunca llego a pasar, por aquello que jamás vendrá. Ese destino no
era el nuestro. Compramos el mismo billete de ida, pero tú decidiste regresar y
yo me quede comprobando como continuaba la aventura. Pero esta vez sin ti. Y
aunque apostamos sabiendo de antemano que perderíamos la cosa salió bien.
Porque bien es cierto que perdimos el futuro en común pero nos reencontramos
con esa parte nuestra que habíamos ido olvidando al concentrarnos en la parte
figurativa del contrato prenupcial.
Te deseo que esta vez funcione.
Que lo hagáis funcionar. Porque el amor es una carrera de fondo, lo importante
es ir renovando cada día la ilusión, porque déjame decirte que la magia se
acabará. Por eso os deseo que encontréis vuestros sueños en cada atardecer, que
sonriáis al amanecer y comprobar que seguís unidos. Espero que descubráis que
la felicidad no depende del otro, pero que los malos tragos se digieren mejor
si os tenéis al lado.
Por eso, y porque el amor, a fin
de cuentas, lo puede con todo… ¡Que vivan los novios!
Lorena Burcat.
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