lunes, 28 de julio de 2014

En blanco.

Una hoja en blanco siempre es inspiración. Puertas abiertas a mundos paralelos desconocidos aún por descubrir.  La imaginación desbordante siempre ha sido mi punto fuerte. Recrearme en los puntos infinitos. En las posibilidades increíbles de vivir aventuras surrealistas.

Todo es empezar. Dejar que las palabras surjan. Escribir. Dejarme llevar. Al final las inconexiones en mi mente acaban teniendo una coherencia plasmadas en un texto.

Hoy todo es blanco. No existen bloqueos. Las musas no están dormidas. Simplemente no están. En su lugar hoy lo ocupan sonrisas etéreas de las que me llevo alimentando todo el día. Acabar muriendo de inanición. No conseguir dormir más de tres horas seguidas. Dicen que hay un nombre concreto para eso. Hoy he decidido omitirlo. No pensar en ello. Simplemente cerrar el cuaderno y mañana será otro día.

Dejemos de escribir no vaya a acabar respondiendo cuestiones aun no formuladas. Pronunciando palabras que hagan que pise el acelerador. Paso a paso. Piano piano.


Al final, durante la aventura es mejor dejarse sorprender. Resolver las incógnitas a besos. Prohibiéndonos pensar que vendrá después. El camino se recorre a tientas, tus manos sobre mi piel.

Lorena Burcat.

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