Porque si la ocasión lo merece
siempre se hacen excepciones. Hoy, sin duda, es un gran día.
Hemos aprendido a seguir en la distancia.
A valorar lo volátil, a alterar las probabilidades. A percibir aquello invisible.
Lo nuestro es cuestión de piel.
Año tras año nos superamos.
Siempre hay palabras que describen todo aquello que somos, sentimos, vivimos y
disfrutamos. Instantes imborrables. Anécdotas memorables. Recuerdos que nos
acompañaran perpetuamente como parte de nuestro equipaje allá donde vayamos. Me
encantaría estar en casa y que soplaras las velas a mi lado. Irnos de paseo a
la playa. Disfrutar contemplando el infinito haciendo planes extraordinarios.
Es absurdo prometernos que este
año, por fin, nos iremos a vivir juntas. Porque en el último instante nos da
por coger las maletas e irnos a conquistar nuevas tierras. Con tanta puntería seguro
que acabamos cada una en un polo completamente opuesto. Por si eso llega a
ocurrir me pido el sol.
Este año empiezas grandes aventuras
en solitario. A veces las altas expectativas hacen que la realidad tambalee.
Pero pase lo que pase jamás olvides quien eres, de dónde vienes y sobre todo
que quieres llegar a ser. Porque lo importante no es lo que somos hoy, si no lo
que queremos ser mañana.
El futuro es, prácticamente, impredecible. Pero hay cosas seguras. Lucharemos
por conseguirlas. Yo voy haciendo una
lista para no olvidarnos de ninguna de las aventuras que tenemos por vivir.
Tú eres de moto yo de Cadillac. Llegado el
momento veremos cómo lo repartimos. Yo me encargo de la fotografía, tú encárgate
de que no vayamos con prisas. Si disfrutamos al final las risas llegan.
2. 26
de diciembre.
Hay pocas cosas que adore más que reunirme en familia. Para mi navidad es indispensable. Felicidad desbordante. Banquetes inmensamente apasionantes. Algún día ampliaremos la familia.
Sin prisa. Y tomaremos el relevo. Para cuando llegue yo me reservo el 26. Ese día fiesta grande en
casa la tía Lorena.
3. Viajar
sin rumbo.
Es necesario tener un plan, una
ruta a seguir. Pero es necesario dejarnos llevar y aventurarnos a descubrir perdiéndonos.
Siempre he querido perderme en Grecia. Sus playas paradisiacas, conocer su gastronomía,
su gente, su cultura. ¿Te apetece un par de meses perdidas recorriendo sin más preocupación
que donde cenaremos esta noche?
4. Crecer.
Crecer es aprender a despedirse.
Siempre te he considerado un pilar fundamental. Un faro luminoso en medio de
las tinieblas que obstruyen el camino hacia mis sueños. Paso a paso. Quedan 365
días para tu cuarto de siglo. Hasta entonces sigue luciendo esa sonrisa que te
caracteriza. Dientes de ratoncilla incluida. Disfruta de cada desafío.
Arriesga, hasta el final. Porque o se gana o se aprende. Y si fracasas, disfrútalo.
Los obstáculos y dificultades son los que nos ayudan a superarnos. A mejorar.
Porque como bien diría Mafalda, ¿Qué importan
los años? Lo realmente importante es comprobar que al fin de cuentas la mejor
edad de la vida es estar vivo.
Vive y lucha por tus ideales.
Solo si eres capaz de soñar lo podrás lograr. Cree en ti misma, en tus posibilidades.
Porque quien cree, crea. Y se feliz. Mucho y muy bien. Felices 24.
Te quiero.
Lorena Burriel Catalán.