Lo di por hecho. Acepté que
aunque aún no era algún día seria. Que mi realidad paralela no distaba tanto de
la realidad plausible. Que eras todo lo que buscaba, lo que todavía no había descubierto
que quería. Todo aquello que ansiaba, anhelaba y necesitaba.
Di por hecho que seguiríamos viéndonos.
Día tras día. Algún día derribaríamos la muralla transparente que me empeñé en
construir inconscientemente. Nos saltaríamos las barreras. Haríamos oídos sordos
a las advertencias de inminente peligro. Enviaríamos al más allá todos nuestros
miedos, los yo nunca, los para siempre.
Dar por hecho es errar. Porque
por mucho que supongamos, simplemente son eso, suposiciones volátiles.
Alterables. Asumamos que la vida puede cambiar por completo en tres minutos.
Más que nada porque no podemos controlar el futuro. Sí que podemos definir
aquello que queremos lograr. Podemos poner acción hacia nuestras metas. Pero
nadie nos asegura cual será el resultado del siguiente paso.
Duele aprenderlo así. Hoy no sé
si seré capaz de dormir. Puta incertidumbre. No saber si mañana volveré a
verte. Sí me saludaras como siempre. Sí. Por fin, seré capaz de contestarte con
algo más que monosílabos. Seguramente ayer fue el último día que te vi. El
ultimo día que tuvimos para derribar nuestras inseguridades. Quizás lo que iba
a ser lo dejamos escapar. Nunca será. Todo
por protegerme, por no creer que yo era capaz. Que juntos lo podíamos lograr.
Sí mañana te veo no te prometo
que lo consiga. Que te hable. Que me lance. No soy de faltar a mi palabra.
Así que mejor no prometeré en falso. Pero lo intentaré. Sin excusas, sin remordimientos.
Sí ayer fue nuestra despedida fue bonito soñar contigo. Crear un nosotros en
la ficción. Espero que sí algún día encuentras
a alguien que te haga quedarte sin palabras pero no sin voz. Que consiga que te
tiemblen las piernas. Que la mires y te
pierdas. Sí eso te ocurre solo espero que esta vez tú seas capaz de lograrlo.
De disparar primero. De acercarte. De construir un proyecto con vistas a un futuro en común.
Por si no te vuelvo a ver, hasta siempre. He
aprendido la lección. A la próxima arriesgare hasta el corazón. Lo puedo perder. Pero
quien no arriesga no gana. Espero que no sea un adiós, solo un hasta luego. Ha sido un placer descubrir contigo el país de nunca jamás.
Lorena Burcat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario