Debes seguir creyendo que soy idiota por no haber llegado a tiempo. Que las indicaciones eran claras, sencillas. Las sonrisas sinceras y tus ojos chispeantes no podían contener las ganas que tenias de verme al final de la escalera.
Porque al final de la escalera todo podía ocurrir.
Ninguna relación es igual a la anterior pero de todas se aprende para la próxima. Tu querías que nuestra historia empezara poco a poco. Delicadamente. Con sentido. Que cada caricia significara una puerta abierta a una nueva realidad. Que cada beso fuera consentido, llenos de "parasiemprejuntoati". Que cada duda y cada herida cicatrizaran con ternura y con pasión. Que aunque el tiempo no todo lo cura sí que nos ofrece la perspectiva necesaria para asimilar el futuro.
El problema fue que no te tomaste el tiempo suficiente para comprender que no creo en los finales felices, porque no hay finales cuando las historias valen la pena. Que el amor se lucha cada día, en cada momento, en cada esquina. Creíste que el camino hacia un nosotros no tenía perdida.
Pero aunque para ti todo estaba hecho. Las indicaciones nunca me llegaron. Jamás creí que existiera un camino hacia tus brazos.Supongo que sigues esperando a que encuentre esa puerta que dejaste entreabierta a medianoche para que recorriera a tientas las escaleras que me dirigían directamente a un futuro en común.
La próxima vez dejémonos de indirectas y atrévete a fracasar.
Lorena Burcat.
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