viernes, 4 de abril de 2014

Felices 17.







Hace 17 años estaba por la autopista agitando un pañuelo blanco para que papa pudiera ir más deprisa para llegar a tiempo a tu nacimiento. Una visión de lo que partir de entonces iba a ser mi vida. Corre y recorrer un serpenteante camino, eso sí, siempre en buena compañía. Esos recuerdos son de los que jamás se olvidan. Que pase lo que pase siempre pertenecen a esa parte de cosas únicas de la vida. Y en cuestión de horas pase de ser hija única a la hermana mayor, ¡cuánta responsabilidad!

Y a partir del 4 de Abril de 1997 mi vida cambio un poco más. Porque a partir del mismo instante que te tuve en mis brazos y mire a los papas y ellos sonrieron supe que nada malo nos iba a pasar. Porque hay mil instantes que conforman nuestra historia. Miles de batallas que algún día espero poder contar a mis sobrinos. Sonrisas y lágrimas que me acompañan en este recorrido por alcanzar mis sueños.

Y te escribo porque a pesar de la distancia siempre estás conmigo. De una manera u otra. No hay nada que pueda hacerme olvidar esos ojos llenos de vida que me retan.

Quería decirte que tienes mi apoyo, para que los días de fatiga tengas donde agarrarte y seguir caminando. Estaré ahí como una linterna de batería inagotable. Para los días de nieblas, cuando no puedas ver más allá de tus narices puedas seguir iluminando tus sueños. Porque en esta vida lo más importante es encontrar a aquellas personas en las que confiar ciegamente en el sendero de los sueños.

Y te deseo que conectes con tus sueños y los sigas hasta alcanzarlos. Que te ilusiones con cada amanecer, con cada abrazo, con cada palabra. Que aprendas que una sonrisa es la mejor arma contra la rutina. Que a batallar contra los miedos se aprende con esfuerzo, coraje y perseverancia. Que no hay obstáculo que pueda derribarnos si estamos conectados con nuestro potencial. No hay nada más gratificante que encontrar tu propia voz y ayudar a que otros la puedan hallar. Y que sea cual sea tu sueño allí estaré. La locura, igual que la felicidad, es contagiosa.

Es necesario hacer un alto en el camino y valorar todo el trayecto recorrido. Replantearse las metas y los objetivos y seguir luchando. Porque ha llegado el momento de hacer o morir en el intento. Porque no hay ningún destino preestablecido. Así que sueña desde las alturas y atrévete a volar. El riesgo es un parte imprescindible más del camino hacia el éxito.

Si algún día caes no dudes en levantarte. Si necesitas ayuda grita, allí estaré. Aprende de los errores, disfruta de las victorias y aprende a amar. Sin medida. Porque la vida se mueve por el corazón. Construyete a ti mismo. Sin importar el valor que otros te den. Eres un hombre realmente especial. Nunca dudes de tu potencial.

Te quiero. Y felicidades. La aventura continua un año más.

Y jamás olvides que es el momento de actuar, porque la historia sigue…







Lorena Burriel Catalán.





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