Soy una experta en bienvenidas.
Mis expectativas suelen crecer como la
espuma, las emociones están a flor de piel .Todo huele a promesas verdaderas,
sabe a quédate por mucho tiempo.
Me encantan las primeras frases de
una novela. Los primeros compases de una canción. Abren puertas a sensaciones
desconocidas. Son la antesala de guiones memorables, de escenas que accionan
nuestros instintos primarios. Te dejan ver que es lo que te vas a perder si no
te atreves a continuar. Te incitan a dejarte llevar.
Primeras veces que hablan de
amores secretos, de tesoro ocultos. Viajes en el tiempo que evocan a cuentos de
la mil y una noche. Cualquier época pasada envidiaría el final de esta
aventura.
O eso creemos el primer día, incluso,
quizás el segundo.
A medida que pasa el tiempo
aprendemos que nada sale según lo previsto. Que las expectativas se venden
demasiado al alza. Que las emociones se evaporan entre nubes espesas de
cenizas. Que acabamos de rodillas persiguiendo destellos de sueños frustrados.
No puedo contar las veces que he
llegado a escuchar que crecer es aprender a despedirse. Y cada vez que la oigo
me repito que no es del todo cierto. Cada día tomamos decisiones que nos
cambian en menor o mayor medida.
Llevo dos horas acostada a tu
lado sin poder conciliar el sueño. Sigo repasando en diapositivas nuestros
momentos más memorables. Aquellos que hacen que la balanza se incline a que
mañana mi maleta siga en el trastero acumulando polvo. Hace tiempo deje de
hacer listas con pros y contras. Porque aprendí que cada vez que enfrentaba nuestros
defectos y nuestras virtudes para quedarme con aquello que me hiciera ganar,
una parte de mí se perdía.
Hace dos días que me cuesta engullir.
Soy incapaz de comer algo medianamente saludable. Supongo que todo es causado
por todo el tiempo que llevo empachándome
de emociones ajenas por miedo a que me pasaría el día que me diese cuenta de
que nuestra cuenta atrás ha llegado a su fin.
Cuando empezamos una nueva
historia somos incapaces de narrar el final. Creemos que esta vez será la
definitiva. Hemos encontrado el significado de hogar. Y el problema erradica en
pensar que esta vez será diferente a la anterior. Cumpliendo los mismos hábitos
esperamos resultados diferentes.
Quizás es que las ostias desde
las alturas de mis expectativas me hayan vuelto un tanto incrédula, pero sÍ viviéramos
con la intensidad de que mañana puede llegar el final estoy convencida de que creceríamos
a pasos agigantados. Porque nos volveríamos expertos en narrar continuaciones
sin comparar con la felicidad del primer momento. Y si somos capaces de seguir
sin dudar que esto es lo que merecemos porque así lo decidimos aprenderemos que ni todos los finales son felices ni llegan en el punto y aparte.
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