martes, 9 de septiembre de 2014

INERCIA



Es curioso cuan previsibles nos estamos volviendo. Nuestra vida se está convirtiendo en un cumulo insensato de rutinas y hábitos.

Nos movemos por inercia. Nos dejamos arrastrar por las multitudes. Nos dejamos llevar ante incoherencias y falta de principios. Omitimos el vacío de nuestros corazones y nuestras mentes repletas de mensajes confusos. Tergiversados.

Por inercia acabaremos cerrando capítulos que ni sabíamos que habíamos abierto. Porque por inercia permitimos ceder antes que retroceder. Somos animales instintivos. Se nos da bastante bien actuar. Pero somos de los que disparamos y tras ello preguntamos.

Nos cuesta admitir que hemos fallado. Aún más disculparnos por ello.

Somos de los que nos justificamos por nuestros fracasos. Y el problema reside ahí. Admitámoslos. Gritémoslos a los cuatro vientos. Porque un fracaso es la forma que tiene la vida de cuanto deseas lo que deseas.

Por inercia queremos. Soñamos. Pero son aspiraciones que poco inspiran porque carecen de pasión.


Pero lo peor es que por inercia dejamos que la vida pase. Y la vida no pasa, en la vida se está. 

Lorena Burcat.

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