jueves, 11 de septiembre de 2014

Merece la pena.


En una semana me voy a visitar mi ciudad durante 48 horas. Muchos me preguntan si realmente merece la pena tanto viaje para tan poco rato. Y la respuesta es un si rotundo. Cualquier cosa por pasar unas horas en Barcelona.

Eso me ha hecho replantearme cuantas cosas nos merecen la pena en la vida y para el resto son absurdeces.

Recuerdo hace un par de noches que mientras cenaba con Teresa que me explicaba un caso de como una amiga suya se había gastado una fortuna en una nueva bodega. Para mi puede ser un gasto inútil, puesto que no bebo. Pero su ilusión de disfrutar en casa de su pasión podía con el resto.

Hoy en el metro garabateando mi agenda he acabado haciendo una lista de cosa que sin duda para mi merecen la pena.

1.       Despertarme una hora antes de lo habitual para poder pasarme ese rato extra remoloneando en la cama mientras me despierto leyendo un libro.

2.       Viajar horas en autobús hasta el pueblo de mi abuela solo por poder escuchar de nuevo sus batallas mientras disfruto de las croquetas y del arroz con leche.

3.       Invertir todos mis ahorros en un viaje desafiante recorriendo a tientas alguna ciudad asiática.

4.       Pasar en vela un par de días por descubrir la cara B de Londres. Pocas cosas hay más placenteras que disfrutar del Buckingham Palace desértico a las siete de la mañana.

5.       Cocinar una tortilla de patatas pasadas medianoche solo por ver la cara de felicidad de Mati.

6.       Recorrer 1.140 Kilómetros solo para dar un abrazo a mis padres.

Al final la vida se construye de pequeños placeres que conforman un todo. Detalles que al agruparse crean situaciones realmente interesantes. Todos tenemos hábitos que nos merecen la pena. Pasiones que nos ayudan a accionar el motor para seguir adelante.


Sinceramente creo que poco seriamos si no tuviéramos nuestros peculiares incentivos que nos ayuda a seguir creyendo que todo en esta vida merece la pena.

Lorena Burcat.

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